-¡Ah del
barco! ¡Izad las velas!- Decía el capitán
Llegaron
hasta el barco francés. Saquearon todo. Alberto encontró una carta
y se la dio al capitán .El capitán le dijo a Alberto que la leyera
la carta y el dijo que sí. La carta decía lo
siguiente:
Querida
mía . Con esta carta quiero decirte lo que pocas veces te dije: que
te quiero. Y aunque
te
lo haya dicho, debo repetírtelo, porque si las palabras no se
acaban, menos mis sentimientos. Antes de ti no habrá amor, no
conoce la palabra, no existían los sentimientos, no me ilusionaba
la ilusión, ... antes de ti no habla nada, después de ti hay todo.
Quiero decirte que te ocupas mi mente, que eres duela de mis
pensamientos, que vives , quiero decirte que te debo cada segundo y
que te pago con lo que puedo: mi amor. Quisiera poder demostrarte mis
sentimientos, plasmar en palabras mis emociones, pero el amor no
tiene palabras, sólo entiende de silencios callados que lo dicen
todo- Quisiera también que nunca se acabara, que dentro de mil años
siguieras despertando a mi lado y yo al tuyo, que siguiéramos juntos
compartiendo la eternidad mientras nos miramos con la ternura de
siempre. Quisiera decirte tantas cosas, pero todo se reduce a que te
quiero, a que puedes confiar en mí y a que siempre, siempre, siempre,
estar junto a ti. Quisiera decirte, y te digo, que te amo.
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